Cuando pensamos en Nueva York, lo primero que nos viene a la mente es el bullicio de Times Square, los musicales de Broadway, y quizás hasta imaginarse dando un paseo en Central Park. Pero hoy quiero invitaros a mirar más allá de los rascacielos y descubrir una cara diferente de la Gran Manzana: un Nueva York verde, comprometido con la sostenibilidad y el ecoturismo. Sí, habéis escuchado bien. Resulta que hay mucho más que hacer en “la ciudad que nunca duerme” que simplemente mirar escaparates. Aquí os dejo con mis experiencias y consejos para un viaje a Nueva York que respeta al medio ambiente, y que además no vacía tu cuenta bancaria.
Primero, hablemos de cómo volar de manera más económica y sostenible. Desde Madrid, es posible encontrar vuelos directos con aerolíneas que ofrecen buenos precios y opciones más ecológicas. Iberia y Air Europa, por ejemplo, se esfuerzan cada vez más por reducir su huella de carbono. Si sois como yo, y os gusta ahorrar un dinerillo para luego gastarlo en comida y experiencias locales (prioridades, ¿no?), echadle un ojo a vuelosrapido.com. Es una fuente de ofertas mayoristas que os pueden dejar un dinerillo extra para ese tour en bicicleta por Central Park o una visita a los jardines botánicos del Bronx.
Hablando de alojamiento, mi recomendación es reconsiderar el habitual hotel en el centro de Manhattan. En su lugar, ¿qué os parece una acogedora estancia en un Airbnb en Brooklyn o Queens? No solo estaréis ahorrando dinero, sino que también apoyaréis a los locales y conoceréis barrios llenos de vida y cultura. Además, os permitirá sumergiros en la vida cotidiana de los neoyorquinos, lo cual es en sí mismo una experiencia.
Una vez aterrizados, armados con nuestra MetroCard (porque moverse en metro siempre es la opción más sostenible), es hora de explorar lo mejor que la naturaleza y la cultura “verde” de Nueva York tiene para ofrecer. Yo personalmente disfruté mucho visitando el High Line, un increíble parque lineal construido sobre una antigua línea de ferrocarril elevada. Desde allí, podéis caminar hasta el Chelsea Market para disfrutar de un almuerzo con ingredientes locales. Os aviso, el mercado es un paraíso para los amantes de la gastronomía.
Si de verdad queréis una escapada de la jungla de asfalto, os sugiero dedicar un día a visitar la costa de Brooklyn. Allí encontraréis la playa de Coney Island y, sorprendentemente, una comunidad local dedicada a la conservación de la vida marina. No olvidéis pasar por el Aquarium de Nueva York, donde no solo aprenderéis sobre la fauna marina sino también sobre los efectos del cambio climático en el océano.
Por último, pero no menos importante, si de verdad os sentís aventureros y con energía para una pequeña escapada, haced un viajecito al norte para disfrutar del follaje del Valle del Hudson. Podéis llegar fácilmente en tren y, creedme, en otoño es absolutamente impresionante, digno de inmortalizar con vuestra cámara fotográfica.
Nueva York tiene una cara ecológica vibrante y auténtica, solo hay que saber cómo encontrarla. Para mí, viajar de manera sostenible no solo es una cuestión de responsabilidad, sino también de enriquecimiento personal. Tras mis experiencias, he aprendido que es posible explorar el mundo de manera que beneficie tanto al viajero como al medio ambiente. Así que, os invito a probar una nueva perspectiva de esta ciudad tan emblemática. Quizás os llevéis una sorpresa…
Viajar es una ventana al mundo, pero solo merece la pena si dejamos esas vistas intactas para los que vienen detrás. Como siempre digo, cada vez que hacemos nuestras maletas, somos embajadores de lo que vemos, y Nueva York, amigos míos, es una obra maestra verde en la que vale la pena creer.

Elena Morales
Aventurera Cultural
Una madrileña de 32 años apasionada por descubrir tradiciones locales y festivales únicos. Antigua profesora de historia que ahora viaja a tiempo completo. Le encanta la fotografía etnográfica.